No nos demos la espalda
Paseando con mi hija de siete años, pasamos al lado de un hombre situado a nuestra izquierda de pie, y apoyado en la pared de un edificio, sujetando con sus manos, delante del pecho, un trozo de cartón en el que está escrito, con letras mayúsculas, AYUDA-POR FAVOR. A los pies del indigente se encuentra …