“Me he apuntado a este curso porque me han dicho, en varias ocasiones, que cuando hablo en público lo hago de una manera sencilla, y quiero mejorar esto”. Cuando la presidenta de cierta asociación me dijo estas palabras explicando el motivo por el cual se había inscrito en el taller “Las relaciones sociales y su lenguaje”, me quedé asombrada y le di mi enhorabuena y, por supuesto, le comenté que no tenía nada que perfeccionar.
La sencillez en el lenguaje es a lo que todos aspiramos a la hora de comunicar. La razón de este ideal es que nuestro mensaje llegue al destinatario.
“Las relaciones sociales y su lenguaje” es un taller de técnicas para hablar en público diseñado para las asociaciones que están interesadas en mejorar su comunicación con la sociedad.
Las entidades sociales muestran su preocupación a la hora de realizar: presentaciones de conferenciantes; ruedas de prensa; intervenciones ante los medios de comunicación; discursos sobre su asociación. En definitiva, la mayoría quiere hablar con eficacia para que su mensaje llegue a la ciudadanía.
El trabajo y la dedicación que las personas invierten en sus asociaciones es enorme y, en la mayoría de los casos, ese esfuerzo no se refleja en la sociedad. Las asociaciones tienen que hacer llegar su mensaje a los ciudadanos, tienen que informar sobre el trabajo que están llevando a cabo en favor y en beneficio de todos. Y para lograrlo, deben prepararse, deben formarse. Pero lo más importante de todo, es necesario que las asociaciones ocupen el puesto que les corresponde en la sociedad, tienen que luchar por él y no dejar que nadie se lo usurpe. Esta forma de actuar no es orgullo, es dar respuesta a la responsabilidad que han contraído con los individuos a los que representan.
Las asociaciones, las personas, comienzan con buena voluntad, pero este sentimiento no es suficiente cuando se cree en un ideal. ¡Hay que luchar! ¡Hay que arriesgarse! ¡Hay que prepararse a fondo!
Las relaciones sociales se fundamentan en el lenguaje, cuanto mejor nos comunicamos, más éxitos cosechamos en cualquier ámbito de nuestra vida. No podemos, no debemos, dejar al azar la consecución de nuestros fines. ¡No nos convirtamos en unos insensatos!