Cuando me dispongo a entender o profundizar sobre un tema, lo primero que intento es analizar el término en cuestión para descubrir cuáles son sus elementos identificadores y definidores. Busco la esencia que me facilitan las definiciones y, a partir de ella, comienzo el análisis.
Hoy, sábado, toca hablar sobre protocolo social pero en esta ocasión quiero conocer hasta dónde me lleva el término «social». Para realizar este acercamiento me apoyo en el Diccionario de la Lengua Española:
- Social: Perteneciente o relativo a la sociedad.
- Sociedad: Conjunto de personas, pueblos o naciones que conviven bajo normas comunes.
- Norma: Regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.
- Regla: Aquello que ha de cumplirse por estar convenido en una colectividad.
- Convenido: Para expresar conformidad o consentimiento.
- Colectividad: Conjunto de personas reunidas o concertadas para un fin.
Estas acepciones me llevan a delimitar el campo de actuación del protocolo social en aquellas normas de conducta aceptadas y practicadas por la sociedad en las que se aplican con la finalidad de lograr la convivencia. Por lo tanto, no existen unas normas generales de protocolo social, sino que cada sociedad, pueblo o estado, tienen sus propias reglas de comportamiento que han de cumplir.
Sin embargo, y matizando la afirmación anterior, sí que existen unas reglas comunes a toda sociedad y estas las encontramos en la lista de los Diez Mandamientos. Concretamente son:
5.- No matarás.
7.- No robarás.
8.- No dirás falso testimonio ni mentirás.
Al margen de estas y de derechos constitucionales como el honor, cada sociedad establece sus normas de protocolo social no ratificadas con la fuerza de ley pero sí aprobadas socialmente y de obligado cumplimiento, siempre que nuestro deseo e inquietud sea la pacífica y fructífera convivencia.
El saludo, por ejemplo, es una herramienta que nos sirve para mostrar respeto hacia una persona. Y aunque la finalidad es la misma en cualquier sociedad, la manera de manifestar dicho saludo no es compartida por todas las comunidades y por todos los ámbitos de la comunidad. No es lo mismo un saludo a un amigo que a un compañero de trabajo o jefe. No es lo mismo el saludo a un familiar que a un cliente. Y por supuesto, la escenificación del saludo en Europa no tiene relación alguna con la de los países orientales, al igual que el saludo militar con respecto al civil.
Ya sea la acción de dar la mano, el beso, el abrazo o la inclinación de cabeza, son todos movimientos corporales que se convierten en expresión visual del saludo enmarcado en una situación y ambiente concreto.
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