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¿Miedo a hablar en público? Prepárate

Barry Faber, en su libro 12 pilares de la venta recuerda que «Los estudios demuestran que el principal miedo de la mayoría de la gente no es a la muerte (número dos en la lista), sino a hablar en público».

Pero no tenemos miedo a hablar en público en sí, si no a las consecuencias que pensamos que tiene esa actuación: miedo al fracaso, miedo a la crítica, miedo a hacer el ridículo, miedo al qué dirán, etc.

¿Quién no ha sentido la angustia de pensar que el profesor le iba a llamar para salir a la pizarra? ¿Quién no se ha sentido fatal la víspera de un examen oral? Todos hemos pasado por estas situaciones, pero también nos hemos dado cuenta que si estábamos preparados ese miedo disminuía.

«¿Cómo desaparece la inseguridad de un modo radical? Hablar sólo de lo que se sabe; tener claro el objetivo que se persigue; preparar a fondo lo que se quiere decir; estudiar las necesidades, deseos y características de la audiencia», afirma Luis Puchol.

Es decir, el miedo a hablar en público desaparece si cumplimos con los siguientes requisitos:

  • Hablar solamente de lo que sabemos.
  • Definir claramente cuál es el objetivo de la intervención oral.
  • Preparar la exposición.
  • Conocer al público.

Realmente, si seguimos estos consejos el temor a hablar en público no va a desaparecer, pero si vamos a poder controlarlo y conseguir que dicho temor desaparezca a los pocos minutos de comenzar nuestra presentación.

La preparación

Luis Puchol nos enseña que la preparación de un orador nunca se acaba ya que, además de conocer el tema sobre el cual vamos a hablar, hay que «poner los conocimientos al día mediante la lectura de libros y artículos, asistencia a congresos del tema de que se trate, conversaciones formales o informales con otros profesionales, etc.».

En relación al objetivo de la intervención, este lo tenemos que tener claro antes de preparar la exposición para poder diseñar y estructurar el discurso en torno al objetivo. Dicha preparación no se refiere exclusivamente a lo que yo voy a decir, sino a plantearme preguntas que quizás mi audiencia me pueda hacer y que debo contestar.

Y en esta preparación también entra nuestro público, sus necesidades, características e incluso sus deseos.

Hablar en público significa practicar la empatía, ponerse en el lugar de las personas que van a asistir al acto y hablarles acerca de las cosas que les gustan y les interesan en el lenguaje que ellos puedan comprender, proponiendo soluciones válidas para resolver sus problemas».

Puchol, Hablar en público.

En relación a la actitud del orador con su auditorio, te recomiendo la lectura de este artículo, Cautivar y no hacer cautivos.

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