Cada vez estoy más convencida de la verdad que encierra la expresión: “Nunca digas de esta agua no beberé”. Y este refrán se puede aplicar en cualquier circunstancia de nuestra vida. Por ejemplo, nadie puede estar seguro de que en alguna ocasión tenga que dar un discurso ante un público más o menos numeroso. Es el caso de Mari Carmen Martínez Grau, una mujer amante, y defensora, de su tierra y de sus tradiciones. Mari Carmen Martínez se ha convertido en la primera mujer de la historia de Orihuela que recibe el título del Síndico Portador de la Gloriosa Enseña del Oriol, la distinción más significativa que la ciudad puede otorgar a uno de sus ciudadanos.
Este nombramiento lleva consigo pronunciar el discurso más importante del año en la ciudad, no solamente por el contenido reivindicativo del mismo, sino también por la gran afluencia de gente que se acerca hasta las puertas del ayuntamiento para escucharlo y rendir su pequeño homenaje a su símbolo de identidad, el Pájaro Oriol. Mari Carmen Martínez vuelve a vibrar al recordar ese momento. Sus ojos adquieren un brillo especial y sus manos son pura expresión cuando relata todo lo vivido, desde la confección del discurso hasta su salida al balcón del ayuntamiento para ofrecer sus palabras a todos los oriolanos.
Mª Carmen, según tu experiencia ¿qué es lo más importante a la hora de redactar un discurso?
Para mí es más importante el contenido que la forma. Prefiero que diga algo aunque no sea muy estético en términos literarios, a que sea muy florido y bonito pero no refleje el sentimiento de lo que quieres decir.
¿Consideras necesario tener una cierta preparación para hablar en público?
No creo que pueda llamarse preparación, sino más bien que la edad y la experiencia te hacen afrontar esas situaciones con más tranquilidad.
Todas las personas que tienen que hablar ante un público sienten cierto temor, ¿cómo superaste esta inquietud?
No la superé, porque estaba nerviosa, pero la ilusión del momento y las ganas de salir airoso te hacen disimular bastante bien y te da ánimos para hacerlo. Además, es fundamental haberlo preparado y leído con antelación cuantas más veces puedas.
Y ahora, por favor, háblame de la satisfacción de sentir que te escuchan.
Yo creo que no es la satisfacción de saber que te escuchan, sino más bien la satisfacción de estar pasando un momento especial, por lo que representa, y piensas más en eso que en el propio discurso. Se siente más el cargo que el discurso. En cualquier caso, cuando preparas algo para hablar en público, lógicamente siempre piensas en que no sea pesado y que la gente no se aburra, pero eso no lo vas a saber hasta que acabas, e incluso entonces tampoco lo vas a saber con seguridad, porque, si se han aburrido, nadie te lo va a decir.
Durante la entrevista Mª Carmen Martínez enfatiza la importancia que para ella tuvo el diseñar su discurso sobre informaciones que son cotidianas, y muy conocidas para ella. En esto se basa el éxito del discurso, en hablar sobre lo que uno conoce y, además en practicar, tal y como afirma la Síndica Portadora.
Los medios de comunicación, que informaron sobre el discurso de Mª Carmen Martínez Grau, acogieron con gusto y cariño su contenido, al igual que todos los asistentes al acto. Esta aceptación por parte de todos viene originada por la humildad y el saber hacer de esta mujer. Como decía Dale Carnegie, experto en oratoria: “La mejor manera de ganarse la confianza es merecerla. La segunda manera de ganarse la confianza del auditorio es relatar, discretamente, cosas de nuestra experiencia”.