Ser Comunicación

¡Manda narices!

Durante el proceso de recopilación de información sobre los honores y distinciones oficiales que se otorgan en España a nivel de entidades locales, aparece en la pantalla de mi ordenador la fotografía que encabeza estas líneas. ¡Me quedé de piedra!

Explico. A la izquierda de la imagen Ramón Lambán, miembro fundador del colectivo Pedalea, grupo de ciclistas urbanos y cicloturistas de Zaragoza, a la derecha de la fotografía Pedro Santisteve, alcalde de la citada ciudad. La imagen plasma el momento en el que el señor Lambán recoge la distinción de Hijo Predilecto de Zaragoza, en representación de Pedalea, de manos del señor Santisteve en el año 2015 durante el acto oficial de entrega de medallas y distinciones a los Hijos Predilectos y Adoptivos y Medalla de Oro de la Ciudad.

Para mí esta escenografía dice muy poco tanto del que entrega como del que recibe la segunda distinción en importancia del ayuntamiento zaragozano. Los dos protagonistas se están mofando de la institución, uno se burla del que le hace el reconocimiento honorífico y el otro se ríe del organismo que representa. Y en este contexto me viene a la memoria una cita del Evangelio de San Mateo: “No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos”.

Al margen de esta visión e interpretación personal de la imagen, quiero añadir que según el artículo 28, del Reglamento de protocolo, ceremonial, honores y distinciones del Ayuntamiento de Zaragoza, el título de Hijo Predilecto “tiene por objeto distinguir a las personas que, habiendo nacido en la Ciudad de Zaragoza, se hayan destacado por sus méritos o cualidades personales, especialmente en los ámbitos cultural, científico, social, artístico, político o económico, o por servicios prestados en beneficio de la Ciudad”.

En líneas generales, este título honorífico se concede a personas físicas, no jurídicas ni entidades o colectivos. Por esta razón, me resulta extraña la concesión de Hijo Predilecto de Zaragoza a un colectivo, aunque es cierto que en su reglamento no se especifica que esta distinción sea exclusiva para personas físicas. Por el contrario, si se regula que una de las condiciones es que la persona distinguida haya nacido en Zaragoza.

En conclusión, otorgar y recibir una distinción honorífica oficial es un reconocimiento público de la institución hacia una persona para que esta sirva de ejemplo al resto de la comunidad. Por desgracia, en este caso la imagen incita a todo lo contrario.

(La fotografía procede de la página oficial del Ayuntamiento de Zaragoza).

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