Ser Comunicación

La voz de la Vega Baja

La radio es la herramienta de comunicación más inmediata y rápida. Y no existe mejor radio que aquella que valora a sus oyentes. También se dice que la radio es el medio que más enamora a los periodistas. Esta opinión la puede confirmar Pepe Ruiz Giménez, quien lleva amando, desde hace más de treinta años, la información radiofónica.

Pepe Ruiz es una de las voces de la comarca de la Vega Baja (Alicante). Es ya de la familia. Y esto le gusta. El contacto con la gente, la cercanía con sus protagonistas. En definitiva, el encanto del periodismo local.

Pepe, ¿empresa o profesión?

Aunque querría que fuera únicamente profesión, lo cierto es que no es fácil disociar, en mi caso, estos dos aspectos. La profesión desde luego es lo que más valoro y lo que más me recompensa. Pero por mi dedicación de tres décadas a la radio me hacen ser conocedor de lo que es la gestión de un medio de comunicación.

Una de las conclusiones de la jornada “The Front Page, nuevos retos en la formación del periodismo”, celebrada en la Universidad Carlos III de Madrid, ha sido que el futuro de la formación del periodista no puede dejarse en manos de las empresas informativas porque estas solamente buscan soluciones a corto plazo. ¿Beneficio en contra de profesionalidad?

El periodista tradicionalmente está ligado profesionalmente a un medio. Cuando el profesional tiene un bagaje en el ejercicio de su profesión es más fácil eludir las necesarias prioridades que la empresa necesita. Sin embargo, para quienes se inician profesionalmente es imposible marcar esa diferencia e inevitablemente se ejerce el periodismo obligado a seguir esas pautas. Pero lo que para mí es más preocupante, es la proliferación de medios que no buscan más que atraer al público a costa de lo que sea. Este fenómeno que abarca todos los soportes de la información, es especialmente preocupante en los medios audiovisuales. Anteponer los beneficios inmediatos al rigor. Dejar que se manipulen los acontecimientos a favor del mercantilismo y sobre todo olvidar ciertas normas de ética, es el camino para empobrecer el trabajo y para poco a poco relajar las normas y crear medios más próximos a la satisfacción de ciertos deseos que a meramente informar.

Las nuevas tecnologías permiten la creación de nuevos canales que convierten al ciudadano en el destinatario de contenidos tan variados que posibilitan a muchos advenedizos ser comunicadores de información. Pero este nuevo escenario también puede ser una herramienta para no dejarse influenciar por la filosofía de los medios tradicionales. Así que el futuro nos empuja a tener mucha información, pero a la vez, a la necesidad de contrastarla.

¿Lo mejor y peor de la radio local?

Lo mejor de la radio local es que te permite acercarte a una audiencia que conoces perfectamente, y con la que se establece una complicidad fruto de la permanente conexión del medio con lo que pasa en tu entorno más cercano. Las grandes noticias o los contenidos de información o entretenimiento globales los tienen a su alcance desde el mismo dial que después le cuenta asuntos de los que el propio oyente es testigo o conoce. La necesidad de saber qué pasa en tu pueblo o comarca no es algo nuevo, desde muy antiguo en las plazas se pregonaba lo que más quería el vecino saber. La radio es desde hace más de cien años el altavoz que te lleva a tu casa, o a tu coche, la inmediatez de lo sucedido, contado por sus protagonistas.

Lo peor de la radio local es que la objetividad, si es que existe, se mezcla muchas veces con sentimientos. Es más fácil hacer crónicas de anónimos protagonistas que contar lo que ocurre cuando con ellos forman parte de tus conocidos o con los que tienes unas afinidades para bien o para mal. A veces es más difícil contar algo de alguien con el que tienes una relación personal que si el sujeto es un simple desconocido.

Cuando se lleva tiempo haciendo radio, ¿uno se relaja?

Imposible. Hacer radio comienza como un juego, la diversión prima por encima de todo los demás. Pero cuando te conviertes en alguien reconocido entonces es la responsabilidad y el respeto a quién te escucha lo primero que tienes delante. Por encima incluso de tu estado personal o de las cosas que te suceden, tu estado de ánimo no debe incomodar a tus oyentes. O sea que eres como lo artistas, te debes a tu público y el público se merece todo el respeto. Así que no hay tiempo para relajarse, aunque ser veterano es un grado. Aunque también he pensado siempre que ser comunicador es un don, que no se enseña. “lo que natura non da Salamanca non presta”.

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