De los titulares que ha originado la visita del presidente de Argentina, Mauricio Macri, con su familia a Roma por la ceremonia de canonización del cura Brochero, me quedo con el de «Antonia le sumó frescura al rígido protocolo», aunque no considero correcto ni fiel a la realidad la relación entre el término rígido y protocolo.
La protagonista del titular es la hija del primer mandatario argentino de cinco años de edad, a quien, según los medios de comunicación, el papa Francisco le tiene mucho aprecio. «Esta vez, en la previa del viaje a Roma, el ex arzobispo porteño pidió expresamente la presencia de Antonia y esa condición se hizo notar en la foto oficial del encuentro», indica el diario digital La Capital, en donde también se señala que «todos ajustaron su vestimenta al protocolar negro, salvo el Sumo Pontífice y la niña que cumplió cinco años el pasado lunes: ambos lucen vestimentas blancas.»
Tal y como indica la prensa, se trató de una audiencia privada. Por lo tanto, y a partir de la década de los 80 del siglo XX, se aconseja a los hombres acudir ante la presencia del Papa con traje oscuro (negro, azul marino o gris Oxford) y con corbata en tonos sobrios.
En el caso de las mujeres, se indica el uso de vestidos formales en color negro, sin escotes, de maga larga y falda por debajo de la rodilla. También se recomienda cubrir la cabeza con una mantilla negra o un tocado.
Me parece un acierto que a Antonia no se la vistiera conforme a la etiqueta y primara el buen gusto y el sentido común en dicha decisión. Los niños deben lucir ropas conforme a su edad y no disfrazarles de adultos. Esta reflexión me hace recordar el uso de modelos de corta edad retratadas como adultas.
En los últimos tiempos estamos asistiendo, con gran preocupación a lo que parece responder a un nuevo patrón de exaltación de la sexualidad de las niñas: niñas presentadas en los medios como miniadultas, sexualmente excitantes, con preoucpaciones y conversaciones sobre manicura, pedicura, tallas, bolsos, tacones y maquillaje. Fuente aquí.
La fotografía que ilustra esta entrada es de la cuenta oficial de Twitter de Mauricio Macri.