En todos los países siempre es noticia el acto de presentación de las cartas credenciales a un Jefe de Estado. La singularidad, solemnidad y, a veces, originalidad del acto oficial es siempre difundida por los medios de comunicación, a la vez que por la importancia de lo que representa.
Las cartas credenciales son misivas que se dan a un embajador o ministro para que un Estado extranjero le admita y reconozca por tal y poder desempeñar su función.
Me resulta curioso, más que el ceremonial en sí, el contenido de dicha carta, su estilo.
José Antonio de Urbina nos facilita algunos datos:
Comienzan por las siguientes palabras, «Grande y Buen Amigo», si ambos jefes de Estado son presidentes de República o alguna es un Rey. Si los dos son Soberanos el inicio es «Querido Hermano», pues se suponía y se supone que todos los reyes son «hermanos» aunque, en ocasiones, se odiase hasta la muerte. Si, además de reyes, son parientes, dice «Querido Hermano y Primo», pues no cabe duda de que un «primo» (en el buen sentido de la palabra) es un pariente.
Encontramos más información en un documento titulado «Formatos y Redacción de la Comunicación Escrita de la Cancillería y del Servicio Exterior Mexicano»:
La redacción de las Cartas Credenciales puede ser muy elaborada y la introducción puede seguir fórmulas de cortesía no usuales en las notas diplomáticas. El documento va rotulado al centro superior con el nombre del presidente de la República y ahí con mención también del nombre completo del jefe del Estado destinatario del documento. A continuación, en línea por separado de izquierda a derecha, se usa la fórmula de cortesía de «Grande y Buen Amigo» para introducir ya en el texto del mensaje al embajador que se nombra.
Al final del texto sobre la derecha firma el jefe del Estado, y el secretario de Relaciones Exteriores las suscribe al calce sobre la izquierda. Al pie de la página en el centro, se anota la leyenda de «Dada en el Palacio Nacional» y la fecha en letras.
Estas cartas credenciales, descritas por Urbina de «singular belleza y dignidad, a juego con su alta calidad», se diseñan con formato de diploma en donde se incluye los siguientes datos:
- Nombre y título del diplomático.
- Manifiesto de confianza en su capacidad para el cargo.
- Objeto de la misión encomendada.
Solamente se presenta una carta solicitando el reconocimiento de la persona que la entrega, pero siempre se habla de este acontecimiento en plural: presentación de las cartas credenciales. Esto es debido a que junto al despacho credencial se adjunta el de retiro o de llamada, es decir, la misiva en la que se manifiesta por escrito la finalización de la misión del embajador anterior.