El escudo de la Comunidad Valenciana ha sido rediseñado a principios de este año, 2018, y esta transformación ha supuesto también un cambio en su significado. Me refiero a la corona distintiva del emblema valenciano, ya que su diseño actual no tiene identidad alguna, siendo su origen una corona real.
Se trata de un caso más de cómo el valor y representación de nuestros símbolos son contaminados alegando motivos de diseño efímeros, o mejor dicho, razones vacuas. Esto me lleva a mal pensar que, una vez más, los símbolos oficiales son objeto de decisiones políticas partidistas. Una vez más, el protocolo es mancillado.
Realizamos un breve recorrido a la corona del emblema oficial.
1978 – Corona de la República de Ginebra.
El decreto de aprobación del símbolo o emblema del Consell del País Valencia del 17 de junio de 1978 señalaba en su artículo primero lo siguiente:
El emblema o símbolo del Consell del País Valenciano se constituye con la heráldica del Rey Pedro II, de Valencia, símbolo que es el mas antiguo conocido del Reino de Valencia.
Y el artículo segundo recoge la descripción del emblema en los siguientes términos:
1) Escudo inclinado hacia la derecha, de oro, con cuatro palos rojos.
2) Timbre: Yelmo de plata; mantelete que cuelga en azul turquesa, con la Cruz de Iñigo Arista en blanco, y forrado de bermellón. Por cimera, un dragón naciente de una corona real medieval, de oro.
En esta ocasión, la referencia a la corona real medieval corresponde a la Corona de la República de Ginebra constituida por un “círculo de oro con pedrería, realzada de cuatro florones intercalando otras cuatro perlas”, tal y como nos enseña Vicente de Cadenas en su Diccionario heráldico.
1984 – Corona de los Reyes de Aragón.
La Ley 8/1984, de 4 de diciembre, por la que se regulan los símbolos de la Comunidad Valenciana y su utilización indica que el emblema de la Generalidad se constituye con la heráldica del rey Pedro el Ceremonioso y su descripción es la siguiente:
Timbre: Yelmo de plata coronado; mantelete que cuelga en azur, con una cruz paté curvilínea y fijada con punta aguzada de plata , forrado de gules, por cimera, un dragón naciente de oro, alado, linguado de gules y dentado de plata.
Precisamente está coronado con la Corona de los Reyes de Aragón, tal y como se recoge en el dibujo del anexo III de la citada ley. Esta corona es igual a la Corona Real española pero sin la diadema, es decir su descripción responde a “un círculo de oro enriquecido con piedras preciosas que sostienen ocho florones, hojas de apio, intercalados de una perla cada uno”, señala Vicente de Cadenas.
1984 – Corona de Capitán General.
El emblema de 1984 fue convertido a logotipo y en esta transformación se “simplificó” la corona dando como resultado un cambio de identidad, es decir, pasó de corona real a corona de capitán general: “corona de oro, realzada de ocho florones de hojas de trébol en lugar de hojas de apio, como los duques” sin enriquecimiento de pedrería, tal y como indica el Diccionario heráldico.
2018 –
A principios de 2018 el emblema fue rediseñado y en esta ocasión la corona ha sufrido tal transformación en su diseño que también ha originado cambio en su significado, tanto que carece de él en heráldica.
El dibujo se basa en una corona con seis perlas. Encontramos semejanza con la corona de primogénito de vizconde, aunque esta luce ocho perlas.
La fotografía que encabeza esta entrada ha sido recogida de este enlace.
©Portugal Bueno, 2018