Con motivo de las próximas elecciones municipales de mayo del 2015 he sido invitada a presentar y moderar una tertulia titulada “Responsabilidad del cristiano antes las elecciones”.
Para introducir brevemente el tema anuncié una serie de consideraciones que todo ciudadano, no sólo los cristianos, debe practicar:
• Actuar con responsabilidad en su derecho a votar. Es decir, el ciudadano debe conocer el programa de los diferentes partidos políticos para conocer sus propuestas y proyecto para los próximos cuatro años.
• Votar en conciencia con la propia fe y convicciones morales.
En referencia a este último punto, los cristianos tenemos unos criterios que no son negociables y que fueron indicados por el papa emérito Benedicto XVI:
1. El derecho a la vida en todas las etapas de la existencia del ser humano.
2. La familia como unión entre un hombre y una mujer bajo el matrimonio.
3. El derecho de los padres a educar a sus hijos.
4. La defensa de la dignidad del ser humano frente a la investigación de células madre y la clonación humana.
5. El derecho a la libertad religiosa.
Estos son los criterios que el cristiano debe buscar en los programas electorales. Al inicio de la tertulia los asistentes ya dejaron claro que no existe ningún partido político que recoja estos puntos, y que por lo tanto, tras analizar el programa, se puede elegir al menos malo. O dicho de otro modo, elegir el partido que ofrezca mayores garantías a la hora de cumplir el máximo de los cinco puntos innegociables.
Durante casi una hora se habló de estas consideraciones y de, por ejemplo, la dificultad de acceder al programa electoral de los partidos políticos, de la ausencia práctica de la responsabilidad del voto y de que para formar un criterio de voto son necesarias dos cosas: conocer lo que dicen los partidos que van a hacer y analizar lo que han hecho, este último punto referido a los partidos que han gobernado.