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La oratoria y el teatro

Bajo el titular «Técnicas teatrales para mejorar la abogacía» el diario Faro de Vigo ha publicado una noticia sobre dos abogados vigueses y su iniciativa de formar a compañeros letrados en las artes escénicas como formación para mejorar su oratoria y negociación. Me parece una idea estupenda y, aunque es conocida la relación fructífera existente entre la oratoria y el teatro, siempre es de celebrar que alguien ponga en práctica la teoría.

El teatro ayuda a:

  • Enfrentarse a un público.
  • Vocalizar.
  • Gesticular.
  • Respirar.
  • Hablar con ritmo y tonalidad.
  • Moverse en un escenario.

Según el Diccionario de la lengua española, oratoria es el arte de hablar con elocuencia y teatro es el arte de componer obras dramáticas, o de representarlas. En la oratoria se intenta convencer, alentar a hacer algo o entretener al auditorio y el teatro busca convencer de una «realidad», entretener o provocar una reacción.

Por lo tanto, es lógica que ambas artes se alimenten de las mismas técnicas de aprendizaje. Sin embargo, hay que tener cuidado. Cuando vamos a disfrutar de una obra de teatro sabemos, anticipadamente, que vamos a ver y escuchar actores, y como tal lo aceptamos. Pero esto no ocurre cuando decidimos ir a una conferencia o escuchamos un discurso, en esta situación no queremos actores, es más, si nos llega esa imagen nos sentimos engañados y el orador pierde toda credibilidad.

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