Roberto Teruel Martínez, profesor de la Escuela Internacional de Protocolo de Elche.
Cuando pronunciamos la palabra protocolo en seguida nos viene a la mente adjetivos como oficial, institucional, deportivo, real, militar, diplomático, social. Incluso podemos pensar en planificación, organización y desarrollo de los actos, así como en normativas a seguir y a tener en cuenta. Sin embargo, el protocolo es mucho más que todo esto y así lo demuestra Roberto Teruel Martínez, profesor de investigación y gestión presupuestaria comercial de la Escuela Internacional de Protocolo (EIP) de Elche.
Roberto Teruel es una persona cercana que no duda ni dos segundos en explicarte cómo se aplica su temario al mundo del protocolo. Y no sólo esto. También hace lo imposible para que lo entiendas poniéndote los ejemplos necesarios y haciéndote participar de la gran importancia funcional y real de la investigación y gestión presupuestaria en el protocolo.
¿Cuál es el objetivo y la finalidad de dar estas dos asignaturas, investigación y gestión presupuestaria comercial?
Lo que se pretende es que el titulado en protocolo sepa vender el protocolo y además sepa superar las barreras tradicionales que siempre ha tenido el protocolo. El protocolo empezó solo con los aspectos normativos y, hoy en día, el protocolo se está considerando más como una herramienta de marketing, de imagen personal, de éxito corporativo en cuanto a la organización no sólo de evento sino también de la figura del anfitrión. Nos dimos cuenta que tenían mucho conocimiento teórico pero práctico, quizás, no tanto. Son dos asignaturas que se plantean desde un sentido práctico. El tema de la investigación está enfocado en vistas al movimiento europeísta de los estudios superiores de dedicar una parte de los estudios al mundo de la investigación. La investigación entendida como innovación, qué aspectos podemos incluir en el protocolo al día de hoy porque el mundo de la sociedad es cambiante y necesitamos ir adaptándonos, no quedarnos con lo que se ha hecho siempre. La clave del éxito está en innovar. Sí que es verdad que muchas veces no se puede innovar, es difícil innovar, para eso hay que tener un cierto grado de creatividad que no todo el mundo tiene. Pero lo que sí podemos hacer es conocer las herramientas y los medios que nos lleven por lo menos a reinventar.
Pero, ¿cómo se enseña a innovar?
Lo que hago con esa asignatura es extraer la sensibilidad de observador, la sensibilidad analítica de la situación por parte de un técnico de protocolo para utilizar elementos que se están utilizando en la vida corriente, como el funcionamiento comercial que puede tener un centro comercial, y que se pueden utilizar en eventos totalmente ajenos a lo que es una política comercial. Al fin y al cabo es marketing también. Cómo se pueden reinventar los eventos a partir de cosas que estamos viendo todos los días y que ni siquiera nos damos cuenta de que se utilizan. Al mismo tiempo también se intenta hacer que ellos encuentren la salida profesional. La búsqueda de nuevos mercados dentro del protocolo. Al principio todo el mundo pensaba que el protocolo era la Casa Real y poco más y hoy en día hay muchas instituciones, incluso a nivel local, que se están dando cuenta de que el protocolo es importante. Tenemos que vender qué nuevos mercados podemos encontrar para un técnico en protocolo. Está el mundo deportivo, el protocolo institucional. Hay que orientarlos también en el mundo de la comunicación que es importante. Creo que el técnico en protocolo debe ser buen comunicador. El mundo de la comunicación es muy importante.
Y ¿la asignatura gestión presupuestaria y comercial?
Nos dimos cuenta que muchas veces los chavales sabían mucho de protocolo pero no sabían venderlo. Intentamos darles las herramientas de cómo hay que vender el protocolo.
¿Cómo se vende?
Tú llegas a una puerta a presentar un curriculum y dices: me presento para llevar a cabo un proyecto. Y dices que eres técnico en protocolo. Te contestan y ¿eso qué es? ¿Cómo vendes eso? Empieza por lo menos definiéndolo. Empieza diciendo que es estrategia, que es marketing, que es diseño, planificación. Y en esto sí que se notaba una carencia por parte de los alumnos. Entonces hace cuatro años se implantaron estas dos asignaturas y creo que es un acierto, sobre todo implantarlas al final del tercer curso porque es una forma de potenciar un poquito los recursos que ellos han encontrado a lo largo de la carrera y pensar cómo pueden venderlo. Las clases son totalmente prácticas porque, por ejemplo, un buen presupuesto te puede hacer ganar dinero o perder dinero. Y lo que se pretende es que los chavales cuando terminen la carrera vivan de esto, que les sea viable, rentable vivir de esto.
¿El protocolo es una profesión en desarrollo y en progreso?
Sobre todo hay que complementarlo también. Muchas veces hay que tener hambre de aprender. La serie de conocimientos relacionadas con el tema de la comunicación incluso, también, los marcos normativos sea a nivel legislativo, a nivel de derecho, sería también una buena opción; sociología; ciencias políticas. Creo que son aspectos que están muy relacionados con el protocolo. El marketing, la investigación de mercados. Son áreas de conocimiento que están muy relacionadas con el protocolo. La titulación de protocolo hoy en día creo que se ha convertido un poco en cajón desastre de todas esas áreas de conocimiento. Evidentemente luego uno se tiene que perfeccionar y se tiene que profesionalizar. La profesionalización y la excelencia viene originada por una persona que se especializa. La especialización puede llegar a encontrarse a través de esas áreas de conocimiento.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de presentar un proyecto?
Normalmente se establecen tres cosas, lo que normalmente se llaman “tres sobres”. Son los datos que dicen qué eres capaz de hacer como empresa, cuál es tu historial. El curriculum que aporta la empresa en cuanto a experiencia y conocimientos. El segundo sobre ya es el proyecto en sí. Decimos cómo voy a hacer yo las cosas, qué cosas le incluyo. Sería un proyecto para hacer el evento. Y ya por último hay que ponerle un precio. El trabajo práctico de la asignatura es este, para que el día de mañana cuando salgan a la calle tengan las herramientas para saber hacer por sí mismos un proyecto para presentarse a una licitación pública, por ejemplo.
Viendo la profesión del protocolo en su conjunto como la suma de normativa, planificación y creatividad ¿qué porcentaje pondrías a cada uno?
Al protocolo en materia de normativa le pondría un 10%, la creatividad sería un 30% y lo que es estrategia o planificación sería un 60%.
Roberto Teruel reconoce que la mayoría de sus alumnos se extrañan que asignaturas como investigación y gestión presupuestaria se incluyan como materia en cursos de protocolo. Sin embargo, esos mismos alumnos cuando ya están incorporados a la vida laborar llaman a su profesor para pedirle consejo y e información con el objetivo de realizar sus proyectos. Roberto Teruel Martínez afirma que en un año académico “no se puede ver la magnitud ni la necesidad real y concreta de estas materias” y que “la utilidad se ve cuando estás con las manos en la masa”.