En el mundo académico, los trabajos finales de grado (TFG) y los trabajos finales de máster (TFM) representan una labor crucial en la formación universitaria. Se trata de un trabajo de investigación imprescindible para la obtención del título universitario.
Estos proyectos requieren dedicación, investigación y un enfoque disciplinado. Los tutores académicos desempeñan una labor fundamental dirigida a guiar y apoyar a los estudiantes en este proceso que en la mayoría de ocasiones se sienten inseguros.
A mi juicio, la función del tutor comienza en algo tan sencillo como la definición del título. Mi experiencia me confirma que son muchas las ideas con las que parte el alumno, siendo necesario contar con orientación inicial a la hora de establecer el itinerario del trabajo (si bien este se concretará durante el transcurso del mismo).
No obstante, más allá del seguimiento del trabajo en cuestión, considero que el papel principal del tutor es contribuir a la profesionalización del documento, proporcionando al alumno aquellos medios de los que carece (o que, simplemente, desconoce) para incorporar el/los elemento/s que marcarán la diferencia. Esto fue lo que más valoré de mi etapa con Mª del Carmen Portugal, unido a la confianza que depositó en mí y en mi proyecto.
Saber que al otro lado de la pantalla hay un docente comprometido con tu trabajo es muy gratificante. Mara Lizcano Gil
¿Quién es el tutor académico?
El tutor académico es un profesional con experiencia y conocimientos especializados en el campo de estudio relacionado con el trabajo final. Puede ser un profesor, investigador o experto en la materia, designado por la institución universitaria.
El tutor tiene la responsabilidad de orientar y supervisar al estudiante a lo largo de todo el proceso de elaboración del trabajo final.
Entre las diferentes funciones a desarrollar por el tutor académico, señalo las siguientes:
- Orientación temática: El tutor académico ayuda al estudiante a definir el tema y los objetivos de su trabajo final. Proporciona recomendaciones y sugerencias basadas en su experiencia y conocimientos, ayudando al estudiante a delimitar el alcance y la relevancia de su investigación.
- Planificación y estructuración: El tutor ayuda al estudiante a establecer un plan de trabajo, dividiendo el proyecto en etapas manejables y complementarias a la planificación realizada por la universidad. También colabora en la estructuración del trabajo, ofreciendo pautas sobre la organización de capítulos, secciones y subsecciones.
- Asesoramiento metodológico: El tutor académico asiste al estudiante en la elección de métodos de investigación apropiados, apoyándolo en la recolección y análisis de datos. Brinda orientación sobre fuentes de información confiables y herramientas relevantes para la investigación.
- Retroalimentación constructiva: Durante el proceso de elaboración del TFG o TFM, el tutor proporciona retroalimentación y crítica constructiva al estudiante. Esta retroalimentación es fundamental para el crecimiento académico del estudiante, ayudándole a mejorar su trabajo y desarrollar habilidades de pensamiento crítico.
- Motivación y apoyo emocional: Además de su labor académica, el tutor académico desempeña un papel importante al brindar apoyo emocional al estudiante. El proceso de elaboración de un trabajo final puede ser estresante y abrumador, y el tutor está allí para motivar al estudiante, fomentar la confianza en sí mismo y ofrecer orientación en momentos de dificultad.
La relación tutor-estudiante
La relación entre el tutor académico y el estudiante es un componente vital en el éxito de un trabajo de estas características.
Esta relación se basa en la confianza mutua, la comunicación abierta y el respeto.
Un tutor efectivo establece un ambiente de trabajo colaborativo, donde el estudiante se siente cómodo para plantear dudas, expresar ideas y buscar orientación. La relación tutor-estudiante va más allá de lo puramente académico, ya que puede convertirse en una fuente de inspiración y mentoría para el estudiante.
Sin embargo, es necesario recordar que será el estudiante quien debe requerir el apoyo, atención y seguimiento de su trabajo al tutor. Y este debe estar disponible y atento a sus solicitudes.
La relación entre tutor y tutorizado debe fundamentarse en el respeto y la confianza. Respeto a la autoridad y a la persona. Confianza en que ambos van a cumplir con el compromiso adquirido.
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