En el mundo de las instituciones oficiales, es común encontrarnos con expresiones como «es lo que marca el protocolo», que a menudo se utilizan para justificar prácticas arraigadas, aunque contrarias a las normas establecidas. Esta mentalidad de seguir tradiciones sin cuestionarlas, o malos hábitos, puede ser perjudicial para el correcto funcionamiento de una entidad y para el respeto de las normas que rigen el protocolo.
El protocolo es un conjunto de reglas y normas que ordenan los actos y ceremonias oficiales. Tiene una función vital en la representación institucional ya que garantiza el orden y la coherencia en los eventos. Sin embargo, es importante destacar que el protocolo no es inmutable; debe adaptarse a los tiempos y a las circunstancias cambiantes, siempre respetando los principios fundamentales que lo sustentan. Y siempre con rigor y fundamentación.
El protocolo servil
Es lamentable ver cuando los responsables de protocolo de una entidad local se limitan a seguir ciegamente las decisiones del alcalde o del presidente titular de la institución, sin ejercer su papel de guardianes de las normas y tradiciones. El jefe de protocolo debe ser un profesional preparado y conocedor del protocolo y del ceremonial, capaz de asesorar y guiar a los líderes de la institución en estas cuestiones.
Oposición para el protocolo institucional
Por esta razón, la existencia de un jefe de protocolo competente y la convocatoria de oposiciones en protocolo para cada ayuntamiento son aspectos imprescindibles para asegurar la correcta defensa de la institución y sus tradiciones. El proceso de selección mediante oposiciones garantiza la elección de personas con conocimientos especializados en protocolo, capaces de ejercer su función de manera imparcial y profesional.
Además, la presencia de un jefe de protocolo independiente del alcalde de turno asegura que las decisiones representativas se tomen en base a las normas y el respeto a la institución, en lugar de favorecer intereses personales o políticos.
Defensa del protocolo por el profesional
Es importante que aquellos involucrados en el mundo del protocolo comprendan que su rol no es simplemente seguir instrucciones sin cuestionarlas, sino más bien defender y salvaguardar las tradiciones e instituciones que representan. El conocimiento profundo del protocolo y su correcta aplicación son esenciales para proyectar una imagen coherente y respetuosa de la entidad local.
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