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Protocolo y Universidad

Protocolo con personalidad gracias a la investigación

La gran diferencia entre el instituto y la Universidad es la investigación, y en Protocolo debe ser el motor de cada trabajo desde el primer día de grado.

Al ingresar a la Universidad, muchos estudiantes experimentan una transición significativa respecto a lo que eran sus estudios en el instituto. Esta diferencia radica, principalmente, en el enfoque hacia la investigación, que se convierte en el núcleo de cualquier carrera universitaria. En el caso específico del grado en Protocolo, la investigación no solo es un componente esencial, sino que debe ser una práctica constante desde el primer día, y no solo un tema a abordar en los últimos años de la carrera.

La investigación, razón de ser de la Universidad

La investigación es el motor que impulsa la Universidad y es la razón de ser de este nivel académico. En el colegio, la enseñanza está centrada en aprender hechos, datos y procesos de manera más general. En cambio, en la Universidad, el conocimiento se construye sobre la base de la investigación, el análisis profundo y la creación de nuevo saber. Este enfoque debe ser adoptado por los estudiantes de Protocolo desde el inicio de su formación, ya que cada trabajo presentado, sin importar su magnitud, debe reflejar las características de una investigación formal.

Es fundamental que los estudiantes no dejen la parte investigadora para los últimos años de carrera. Imagina llegar a tu último curso de grado sin haber interiorizado cómo consultar fuentes especializadas, cómo aplicar las normas APA correctamente o cómo despertar una verdadera curiosidad académica por la disciplina que has elegido. El resultado de estos descuidos es que, al enfrentarse al Trabajo de Fin de Grado (TFG), los estudiantes carecen de los tres componentes más cruciales de una investigación: archivo, confianza y personalidad. Sin estos elementos, un trabajo académico pierde fuerza y profundidad. Y para conocer cómo redactar un TFG de éxito, según mi experiencia, te recomiendo la lectura de 2 condiciones básicas para un TFG de éxito.

Por ello, la clave está en comenzar a practicar la investigación desde el primer año. Los trabajos que se realicen en los primeros cursos deben verse como ejercicios de investigación, no como simples tareas que cumplen con un formato. A medida que avanza la carrera, los estudiantes de Protocolo irán perfeccionando habilidades que les permitirán, cuando llegue el momento del TFG, manejar conceptos y tareas como citar fuentes correctamente, redactar con rigor académico y presentar una estructura coherente. Esto no se logra de la noche a la mañana, sino que se asimila con la práctica constante.

La estructura de un trabajo académico

La estructura de un trabajo académico no es algo opcional, sino que debe ser una regla que guíe todo el proceso de investigación. En cualquier trabajo que se nos pida, debemos responder a las siguientes preguntas, al igual que lo haría un periodista:

  • Resumen: ¿Cuál es la síntesis del trabajo?
  • Introducción: ¿Qué es lo que se está investigando y por qué es importante?
  • Metodología: ¿Cómo se estudió el problema? ¿Qué enfoque se empleó para obtener resultados?
  • Resultados: ¿Qué se encontró? ¿Cuál es el hallazgo de la investigación?

Estos apartados no solo son componentes formales, sino que son una herramienta para estructurar el pensamiento y la presentación de ideas. Al aprender a responder a estas preguntas desde el principio, no solo mejoramos nuestra capacidad de investigación, sino que también nos acercamos a la esencia de ser universitarios: entender que la investigación es una práctica continua y un hábito que se cultiva, no algo que se deja para lo último.

El perfil del universitario en Protocolo

Lejos de la funcionalidad y la practicidad, la investigación transforma al estudiante en un ser curioso, resolutivo, creativo y apasionado por su campo de estudio. Y eso es lo que el Protocolo, como disciplina, necesita: futuros profesionales que no solo dominen las reglas del protocolo, sino que tengan una mentalidad investigadora que les permita innovar y aportar ideas frescas a la profesión.

Por eso, es importante que desde el primer año nos apropiemos de la investigación. Al final, lo que nos convierte en verdaderos universitarios no es solo asistir a clases o memorizar conceptos, sino saber interiorizar que la Universidad nos invita a cuestionar, explorar y descubrir. Y ese es el camino que nos llevará a convertirnos en profesionales en Protocolo, con una base sólida de conocimiento e investigación.

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