Todas las actividades que realizamos en nuestra vida requieren su técnica. Hasta las acciones más cotidianas, y repetitivas, pueden ejecutarse con esmero y por el gusto de hacerlas. Muchas veces ese cuidado por las cosas bien hechas lleva a la eficacia. Poner correctamente la mesa anima a los comensales a disfrutar de una amena comida. Tener los armarios ordenados ayuda a disponer de la ropa en pocos minutos. Se trata de acciones rutinarias, pero no quiere decir que tengan que ser hechas desde el abandono y la desidia. Y por supuesto, tampoco significa que no sean importantes. ¡Al contrario!
Los viajes llevan consigo realizar el equipaje, actividad obligada en todas las vacaciones. Ser capaces de hacer una maleta desde el valor de la eficacia también requiere de su técnica.
Paula Alonso Bahamonde en su libro “Asesoría en vestuario, moda y complementos” nos enseña cómo organizar, inteligentemente, el contenido de la maleta de viaje. La escritora nos recomienda que en primer lugar coloquemos “los artículos más pesados y menos delicados en el fondo de la maleta” y encima de estos las prendas más resistentes, como cazadoras o pantalones. Todo ello, por supuesto, correctamente doblado. Las prendas de ropa interior, así como los calcetines o cinturones, se introducirán en bolsas de tela o de gamuza y se colocarán rellenando “los huecos que dejaron las otras prendas”. Seguidamente se guardará, en el siguiente orden, el pijama, el jersey, el traje, el pantalón y la chaqueta. “El pantalón deberá ir plano, doblado cuidadosamente por la raya, y bajo el pecho de la americana para evitar que ésta se aplaste en exceso. A continuación doblaremos las mangas y la parte baja de la americana por encima del pecho de ésta”. Otros trucos para evitar que la chaqueta se arrugue es rellenar el cuello y las mangas con papel de seda, y en los hombros se colocarán por dentro calcetines. Las últimas prendas en guardar serán las más delicadas, como las blusas y las camisas. Antes de cerrar el equipaje debemos tomar la precaución de colocar una toalla “como capa final que actúe de amortiguador y protector del cierre de la maleta”.
Estas recomendaciones generales son muy útiles y nos ayudan a no llevarnos sorpresas al abrir el equipaje cuando lleguemos a nuestro destino. Por ejemplo, un vestido hecho un ocho. También existen otra serie de trucos como enrollar las prensas sobre sí mismas, en forma de rodillo, evitando que se arruguen y ganando espacio en la maleta.