Ser Comunicación

Recibir a nuestros invitados

Invitar y recibir en casa es una manera de ampliar nuestro círculo de amistades y de tratar más a fondo a la persona que consideramos amiga. Además, con ocasión de una comida, o cena, se puede avanzar más en el conocimiento mutuo que por medio de conversaciones en torno a un café, por ejemplo.

Sin embargo, para poder invitar a casa debemos cumplir una serie de normas. A continuación os facilito algunas consideraciones a tener en cuenta y que son un compendio de lo expuesto por diferentes expertos en protocolo social.

Para poder recibir en casa en cualquier momento es importante estar habituados a tener la casa bien organizada y en orden.

También hay que acertar con la forma de vestir, elegante pero sin ostentación, sencillez. Es una forma de evitar que nuestros invitados se sientan incómodos al ir ellos menos elegantes. Ni es el momento ni el lugar de llamar la atención ni de ir ostentosos, ya que hay que recordar que estamos recibiendo a nuestros amigos o a nuestros futuros amigos por deseo propio, por eso les invitamos a nuestra casa.

Recibir es estar siempre pendiente de las personas que llegan para darles la bienvenida y hablar con ellas unos minutos, las primeras palabras de cortesía. No es correcto tener a las visitas demasiado tiempo en la puerta o en la entrada de cualquier lugar.

En cuanto al tiempo que debe estar el anfitrión recibiendo a sus invitados, depende del tipo de acto. En un cóctel la puntualidad es importante, pero su aplicación no es tan rigurosa como en las comidas. Generalmente, en los primeros treinta minutos llega el ochenta por ciento de los invitados. Por lo tanto, dicho tiempo es el que los anfitriones deben estar recibiendo, porque si lo alargan mucho más lo que sucede es que desatienden a los invitados que ya se encuentran con ellos.

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