La muerte de la prensa escrita es noticia. Sin embargo, ¿se trata de una treta para vender más periódicos? ¿O es que alguien ha tirado de la manta? Fuera bromas. A mí este tema me preocupa, no por la información en sí, sino por la coincidencia en el tiempo. En cuestión de negocios no creo en las casualidades, sino más bien en las conveniencias y en las estrategias.
Yo no sé si la prensa escrita llegará a desaparecer algún día. Mi corazón se niega a creerlo. Si esto consigue ser una realidad espero no estar para vivirlo, ya que con su desaparición también se irá el periodismo generador de opinión y, una buena parte de documentación usada por los periodistas de radio y televisión.
Hace varios años Philip Meyer anunció en su libro “The Vanished News” (la noticia desaparecida) que la prensa escrita va a desaparecer en el año 2043. Sin embargo, otro periodista norteamericano declaró a Europa Press que este vaticinio no iba a ocurrir.
Otra noticia sobre este mismo tema fue el estudio realizado por Ross Dawson en el cual anunciaba que la prensa escrita se extinguirá en España en el año 2024 y en el mundo entero en el 2040.
Otro personaje que jugó a vaticinar la muerte de la prensa fue Nicholas Negroponte, quien declaró que en el año 2015 la prensa escrita no existirá.
Se trata de un periodista, de un estratega de negocios y de un arquitecto que de tontos no tienen ni un pelo. Pero, equivocarse es humano, y yo deseo con todas mis fuerzas que tengan esta cualidad humana.
Como complemento de esta información me gustaría recordar unas declaraciones de Alfredo Pérez Rubalcaba, como vicepresidente primero del Gobierno de España, en las cuales anunciaba la aprobación de una serie de medidas a favor de la prensa debido a la crisis y a su futuro incierto, como por ejemplo ayudas por parte de los poderes públicos. ¡Dios mío! ¿Y esto a cambio de qué?
Una de las palabras que más me gusta para definir el periodismo es “verdad” y para calificar la política que se hace en la actualidad es “mentira”. Estos dos conceptos son totalmente contrapuestos, así que ¿cómo pueden trabajar juntos? Es imposible. Uno siempre prevalecerá sobre el otro, ya que los dos no pueden existir a la vez.
Durante la carrera tuve la gran suerte de tener como profesor de deontología periodística a Luka Brajnovic, periodista croata. Gracias a él tengo en gran estima y valor el periodismo y, considero una gran responsabilidad moral y profesional dedicarse a esta actividad. En un reportaje póstumo sobre el profesor Brajnovic publicado en la revista “Nuestro Tiempo” de la Universidad de Navarra de marzo del 2001, se puede leer el siguiente testimonio: “No hay que convertirse en rapsodas retóricos de las nubes del poder político, sino en defensores y portadores de los valores humanos”. Esta es la esencia del mensaje que yo recibí de mi profesor y que intento aplicar no solo a mi actividad profesional sino a toda mi vida.
Estoy convencida de que si todos los periodistas trabajamos bajo este signo, ni desaparecerá la prensa escrita ni los poderes políticos tendrán la desfachatez de erigirse en los salvadores del periodismo. ¡No tengamos miedo!
Para todas las personas que tuvieron la suerte de conocer a Luka Brajnovic les ofrezco este recuerdo y, para las que no le conocieron todavía estáis a tiempo gracias a sus obras.