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Los cuatro domingos de Adviento

Ya ha dado comienzo el Año Litúrgico con el Adviento, tiempo litúrgico conocido como los cuatro domingos de Adviento, que son las semanas que preceden a la Navidad. Durante este periodo de tiempo se celebra la vigilia, una costumbre que ayuda a «iniciar la solemnidad del nacimiento del Señor» y que debe «conservarse y favorecerse, según el uso propio de cada iglesia», explica el Ceremonial de los Obispos.

El Adviento finaliza tras las oraciones del medio día del 24 de diciembre.

Los sacerdotes y ministros consagrados usan durante el Adviento vestiduras de color violeta durante la celebración litúrgica de la Eucaristía. El uso del violeta como color litúrgico ya estaba en uso a finales del siglo XIII. Este color es sustituido por el rosa en el tercer domingo de Adviento, llamado Gaudete.

En cuanto a la ornamentación del presbiterio, en Adviento el altar se puede adornar con flores aunque con moderación.

Los domingos de Adviento, junto a Cuaresma y Pascua, tienen preferencia sobre el resto de las fiestas y solemnidades del calendario litúrgico.

Sobre el inicio del Adviento como tiempo litúrgico en la historia de la Iglesia no se tienen evidencias, aunque en el siglo VIII se habla del Adviento como tiempo de ayuno y abstinencia, no como celebración litúrgica. Se conoce que antes eran cinco los domingos de Adviento y que fue el papa San Gregorio VII (siglo XI) quien lo redujo a cuatro.

En relación a ese tiempo de ayuno, la Iglesia católica oriental celebra en este periodo de tiempo, el ayuno de la Natividad, o Cuaresma de Invierno. Es decir, durante los cuarenta días anteriores a la Navidad, desde el 15 de noviembre hasta el 24 de diciembre, los fieles realizan ayuno el cual se vuelve más severo a partir del 12 de diciembre y la víspera de Navidad se considera día de ayuno estricto.

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