Ser Comunicación

La ropa interior es eso, interior

Esta semana no ha habido medio de comunicación que haya negado a su audiencia información sobre el desfile de Victoria’s Secret celebrado en París.

Victoria’s Secret, fundada en el año 1977, es una marca estadounidense dedicada al diseño de lencería, pero quizás sean más famosos sus desfiles y sus «ángeles» que sus prendas. Pero ya sean unos u otros, todos tienen una característica en común, espectacularidad.

Como todos sabemos, la lencería hace referencia a la ropa interior femenina, y como tal debe quedar oculta a la vista de la sociedad, por muy espectacular que sea.

Una dependienta debe tener mucho cuidado en su elección del vestuario para ir a trabajar, sobre todo con los escotes y las camisas. Nos debemos asegurar que nuestros movimientos normales en el trabajo, como agacharnos para mostrar un artículo, no vayan a enseñar algo más que nuestro producto de venta. Y no es que nos vayamos a escandalizar por ello, es por puro respeto al cliente y decoro personal.

Una profesora debe atender a sus alumnos, por ejemplo acercándose a ellos a la mesa para explicarles dudas y para ello se inclina. ¡Menuda lección para el estudiante ver el sujetador de su docente! Pero también ocurre al revés, profesores que ven más de la cuenta de sus alumnos. Un profesor de universidad, durante una conferencia sobre cómo algunos padres están tiranizados por sus hijos, explicó que él no permite que sus alumnos le falten al respeto y para él según como uno se viste puede faltar al respeto. Y ponía como ejemplo jóvenes que llevan camisetas o escotes tan pronunciados que se les ve el sujetador. En estas situaciones, a este profesor no le tiembla el pulso para expulsarlos de la clase.

No existen modas que marquen el enseñar la ropa interior como una tendencia a seguir. Existen personas con un pobre sentido del pudor y falta de respeto hacia los demás, y jóvenes vulnerables a ideas comerciales en detrimento de su dignidad como personas.

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