Los alumnos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y los de bachiller están abocados a hablar con eficacia en público, ya que unos tendrán que afrontar su primera entrevista de trabajo y otros su primer examen universitario. ¿La clave del éxito? Saber expresarse correctamente. Vicente Ramón Zaragozá Navarro, profesor de Ciencias Naturales en 1º y 2º de la ESO en la Escuela Familiar Agraria “El Campico”, considera importante que sus alumnos sepan técnicas de hablar en público.
Las autoridades académicas afirman que la mayor parte del alumnado se limita a las lecturas obligatorias que deben prepararse para su evaluación. Además, muchos de ellos no entienden lo que leen, y por lo tanto, no son capaces de reflexionar sobre lo leído, interrelacionarlo e interpretarlo. En definitiva, los educadores detectan en los alumnos carencias de tipo léxico y de comunicación oral. Este tipo de deficiencias hacen referencia tanto a la adquisición de un vocabulario correcto y amplio como a la entonación y vocalización necesaria para leer y exponer.
Vicente, ¿en la comunidad escolar se da importancia a hablar bien en público?
Si, en la comunidad escolar se le da importancia a hablar bien en público. Pero, hay que contar con la edad y la evolución de los alumnos. Hasta que no desarrollan la capacidad de pensar en abstracto no se les puede pedir que hagan explicaciones de entidades abstractas, pues todavía no entienden esos conceptos. Todo lo que saben es aplicar elementos concretos. Por eso si en las edades anteriores a la adolescencia se les va orientando con algunas técnicas concretas para tranquilizarse ante una exposición oral, o responder algún examen, o a las preguntas realizadas por el profesor, les vendrá bien para todos los cursos incluso para su trabajo profesional futuro sea el que sea. En estos cursos es dónde convendría insistir en que mejoren en la dicción, entonación, y una vez adquieran esas capacidades cognitivas se les puede dar algo de técnicas de comunicación.
¿Sería adecuado que los alumnos aprendieran técnicas de hablar en público?
Creo que no sería necesario hacer una asignatura concreta de oratoria, pero si es interesante plantear un tema transversal en varias asignaturas que ayuden a adquirir esas técnicas de hablar en público. Hay que tener en cuenta que el carácter de cada uno influye en la forma de expresarse variando de unos a otros. Unos pueden ser tímidos, dicharacheros, ordenados, divertidos, serio, etc. A partir del segundo ciclo de la ESO, en la adolescencia, es cuando mejor pueden entender y empezar a aprovechar las técnicas de comunicación que se le pueda impartir. También hay que tener en cuenta que a esta edad se vuelven más reservados, descubren la intimidad, y les cuesta generalmente expresar sus sentimientos, que bastantes veces no comprenden. Y posiblemente al ayudarles a comunicarse se les está ayudando a que maduren como personas.
¿El profesorado está suficientemente instruido en esta materia?
Supongo que el profesorado de la parte de letras tendrá cierta formación en oratoria. Dependerá de los estudios cursados, de los cursos realizados, y de los intereses y capacidades personales que tenga cada profesor. Hay buenos oradores que lo llevan innato y mejorarán enormemente con poca formación y técnicas que se les den y, otros que les puede costar un poco más al no ser innato en ellos el ser un orador. Pero puede ser interesante siempre tanto para profesores como para cualquier profesional el tener unas buenas bases para poder comunicar mejor cualquier cosa.
¿Qué aspectos se mejorarían en la relación profesor-alumno si se hablaran entre ellos con eficacia? ¿Y en la relación profesor-padres?
La comunicación comienza siempre con las personas más cercanas, la familia, amigos. Por ello es en las familias donde primero se tiene que dar la comunicación. Actualmente con tantos mass media como hay, televisión, radio, etc., las relaciones personales familiares se pueden ver deterioradas. Pues se le da primacía a la tele, por ejemplo, que al hablar entre los miembros de la familia. Faltando esa comunicación entre padres e hijos dejan de conocerse y de ayudarse a mejorar. Debemos tener en cuenta que lo primero que hay que hacer para hablar bien es saber escuchar.
A esta última apreciación de Vicente Zaragozá quiero añadir otra de Carnegie: “Si aspiras a ser un buen conversador, has de ser un oyente atento. Para ser interesante hay que interesarse”. Muchas veces no apreciamos lo que tenemos al lado, precisamente por esa cercanía. Me satisface haberme dado cuenta de las personas tan interesantes, y con tanta sabiduría, que conforman mi entorno social diario. Esta entrevista es, una vez más, muestra de ello.