Dedicada la tarde del sábado a mi aprendizaje práctico sobre el mundo de las redes sociales, decidí llevar a cabo esta tarea desde mi sillón con mi tableta y delante de La 1. Programación típica de películas de sobremesa como sonido ambiente mientras me adentraba en Twitter y Linkedin.
Mi retiro duró hasta la hora de la merienda. Mis hijas decidieron acompañarme mientras comenzaba el tercer largometraje de la parrilla, una española del programa Cine de Barrio.
Yo seguí con mis búsquedas y recomendaciones, mientras mis adolescentes se enganchaban a una comedia con manifestaciones de amores castos e inocentes, muy diferentes a las filmaciones de hoy en día.
Canciones, situaciones cómicas, diálogos cotidianos…, todo sin un especial interés para poder seguir con mi relación digital. Hasta que oí la frase: la cortesía es acto de servicio. ¿Cómo? Creo que es una de las mejores definiciones de cortesía que he escuchado hasta el momento.
La película en cuestión se titula «Botón de ancla» del año 1960, dirigida por Miguel Lluch y protagonizada por el Dúo Dinámico y Gila.
La Ley Orgánica 9/1980, de 6 de noviembre, de reforma del Código de Justicia Militar, define en su artículo 256 que «son actos del servicio todos los que tengan relación con los deberes que impone al militar su permanencia en los Ejércitos de Tierra, Mar o Aire». Por lo que yo entiendo, desde mi ignorancia del mundo castrense, estar obligado a realizar los actos del servicio que correspondan a los militares.
Por su parte, cortesía es, según el Diccionario de la Lengua Española, demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona.
Al unir estos dos conceptos, la expresión, la cortesía es acto de servicio, se entiende como el deber de toda persona hacia otra en manifestarle deferencia, para seguir siendo ser humano.
Quiero ampliar esta reflexión con la afirmación de José Antonio de Urbina sobre que el «protocolo está basado en la cortesía, esencia de la educación, que significa el respeto a las personas, sea cual sea su condición personal y social». El autor de El gran libro del protocolo nos ofrece al respecto las siguientes fórmulas básicas:
- Cortesía=Respeto+Tolerancia+Amabilidad+Afabilidad. Respeto a la persona, a su modo de ser, sus ideas, sus costumbres; aunque discrepemos, por no ser las nuestras.
- Cortesía=Respeto a la libertad, pero al tiempo, a sus límites, necesarios para la convivencia.
- Cortesía=Educación=Cultura=Civilización=Democracia.
Conceptos y términos que invitan a la reflexión, ¿verdad?