El libro La comunicación municipal cómplice con los ciudadanos de Toni Puig es uno de los volúmenes de mi biblioteca personal que considero imprescindible.
Nadie me lo recomendó, ni me habló de el. Simplemente un día del año 2008 me encontraba en FNAC «perdida» entre estanterías de publicaciones y me llamó la atención. Eché una ojeada al índice, siempre lo hago, después a la contraportada y a las pocas horas ya estaba colocado entre mi montaña de libros. Se trata de un excelente trabajo expositivo de la comunicación municipal que toma como punto de referencia y eje trazador la estrategia comunicativa del Ayuntamiento de Barcelona. La esencia de esta publicación la expone su autor en la introducción:
En Barcelona ya llevamos años comunicándonos con los ciudadanos para la Barcelona pública que soñamos, que la comunicación presenta y anticipa y los servicios municipales facilitan. La comunicación, en el Ayuntamiento de Barcelona, es un clásico: una constante. Y una referencia: empezamos en los ochenta. Y continuamos. Siempre innovando: reinventándola porque los equipos de gobierno proponen nuevas metas, porque los ciudadanos sueñan y quieren una vida y una ciudad siempre mejor. Y porque el equipo de comunicación somos gente emprendedora: nos encantan los retos y apostamos por la mejor comunicación del momento.
Toni Puig nos habla con originalidad y fundamento documental sobre la importancia de la comunicación, «Comunicar es lo primero en toda organización pública. En las municipales, más», y sobre el proceder y las estrategias, «Hoy, las organizaciones no comunican servicios: comunican la organización», para finalizar el camino hablando de la marca, «La marca es el municipio. La marca es cómo el municipio piensa y propone marcar la ciudad en los próximos cuatro años».
Como nos indica el título, La comunicación municipal cómplice con los ciudadanos, lógicamente el autor nos relata el papel que representan los ciudadanos, sus relaciones con la comunicación ya que:
Comunicar en el sentido de escuchar, proponer, implicar, pactar, construir vida conjunta, lograr retos cómplices a partir de sumar ideas y recursos, de plantear estrategias y congestionar servicios con las asociaciones ciudadanas, principalmente.
Y todo esto, tal y como expone Toni Puig en la introducción, gracias a un equipo de comunicación, profesional, entusiasta, responsable, innovador, en definitiva, personas formadas con capacidad para asombrarse y asombrar. «Pensarlo, contarlo, definirlo, es el trabajo del equipo de comunicación: es el resultado de darle, creativamente, vueltas a la visión y la misión de la organización municipal».
Para todo aquel que le entusiasme la comunicación por vocación, por profesión o por investigación La comunicación municipal cómplice con los ciudadanos de Toni Puig es una obra de referencia.