El libro Hablar bien en público de Roberto García Carbonell entró a formar parte de mi biblioteca personal en el año 2009, tras un curso de verano impartido por dicho autor. Tanto las clases como la lectura las califico de diez.
García Carbonell abre su libro con las siguientes palabras:
Hablar bien ha constituido una meta deseada para el hombre de todos los tiempos, por lo que siempre se ha distinguido a los pocos que consiguieron o consiguen hacerlo con naturalidad y eficacia.
Y es esta meta la que el autor nos propone conseguir gracias a Hablar bien en público, obra de gran valor práctico. La teoría y la práctica se dan la mano en esta obra cuyos apartados son:
- Cuidado de la Imagen.
- Armonía corporal en la expresión persuasiva.
- Educación y empleo de la voz.
- Exigencias de la comunicación oral.
- Bases psicológicas de la persuasión.
- La conquista del auditorio.
- Expresión oral y comunicación del pensamiento.
Os transcribo algunas de las ideas que en su momento me llamaron la atención y que su lectura me ayudan a mantener vivas sus enseñanzas y a reflexionar sobre las mismas:
La mente suele aprender muy de prisa; muchas veces al instante. Por el contrario, el cuerpo lo hace sobre la base de prácticas precisas y reiteradas, hasta dominar con soltura la destreza que se persigue.
El orador, disertante, profesor, maestro, conversador, entrevistador, opositor, estudiante y vendedor actúan desde el primer instante en que constituyen una imagen para otros. En el momento de hacer uso de la palabra, causan la segunda impresión.
Para hablar bien hay que hablar con todo el cuerpo.
Es innegable que la voz no lo es «todo» en términos de expresión oral-corporal, pero sí representa un valioso complemento.
La mejor forma de hablar será siempre aquella que muestre limpiamente la figura del que se «da»; es decir, de pie, sin nada delante.
Saber escuchar no es fácil; pero es el modo más delicado de manifestar el debido respeto por las ideas de los demás.
Una cuidadosa preparación termina con el guión bien elaborado.