Juan Francisco Marimón Gómez. Expreso político cubano.
Nunca se sabe cuándo y dónde vas a ser testigo de algo excepcional o vas a conocer a alguien que te narre en primera persona historias que solamente puedes saber de ellas a través de los medios de comunicación, de los libros o de las películas. Yo he tenido esta oportunidad y he conocido cómo es la prensa en una dictadura.
Durante una jornada de la Escuela de Formación Sociopolítica de la Fundación Luis Vives en Alicante, en donde participaba como ponente, conocí a Juan Francisco Marimón Gómez, expreso político cubano y miembro del Movimiento Cívico Nacional Máximo Gómez Báez en Cuba. Marimón Gómez estaba como invitado por la Escuela para contar su historia a los asistentes. Siete años y medio en la cárcel acusado por el Capítulo X, “Otros Actos de Terrorismo”, de la Ley Contra Actos de Terrorismo, conocida como la ley 93 de diciembre de 2001. Llega a España gracias a la Unión Europea y a la Iglesia, pero no viene solo. Le acompaña su ya inseparable glaucoma, enfermedad que toda su vida le obligará a recordar que “la violencia es el miedo a los ideales de los demás” (Mahatma Gandhi).
¿Cuál es la situación de la prensa en una dictadura?
La situación de la prensa en una dictadura es muy limitada, muy caótica. Son perseguidos. Prácticamente perseguidos políticos que comentan cosas, realidades del pueblo cubano las cuales son constitutivas de delito y que el régimen las sancionan. De hecho, aquí en España hay expresos que son periodistas profesionales que estudiaron en la universidad. Son periodistas y por oponerse, cuestionar, criticar, decir la verdad de lo que sucede en mi país son sancionados a duras penas de prisión. Actualmente quedan periodistas presos que no han sido liberados por problemas de capricho, diría yo. Periodistas que dicen la verdad y algunos son reporteros sin fronteras. Reporteros que por cualquier crítica que hagan al régimen, por cualquier información que den sobre el sufrimiento del pueblo de Cuba son sancionados severamente. Así vive la prensa independiente en Cuba. La demás prensa es del gobierno, es de la dictadura. Dicen y comentan todo con un guión del régimen. Así está la televisión y así está la prensa escrita en Cuba.
¿De cuántos medios estamos hablando?
De tres televisiones, todas del gobierno. En cada provincia existe una cabecera de periódico del gobierno, manipulados por el gobierno. Periodistas que respaldan la posición del gobierno. Hay algunos que han visto la realidad y han tratado en un momento dado decir la verdad honestamente y también han sido sancionados, expulsados de esas redacciones, de esa prensa. Han tenido que ir a trabajar a la agricultura, a otros lugares. No tienen trabajo, se quedan sin trabajo.
¿Y radios?
Todas las emisoras son del gobierno. No existe ningún medio independiente. Algún vídeo que clandestinamente llega aquí o a Estados Unidos y que algún amigo, o extranjero, que va por allá, y filma. Puede ser una entrevista similar a esta que tú estás haciendo. Muy a escondidas para que la seguridad del estado no te pueda ver, te pueda pillar como se dice aquí en España porque también eres expulsado de allá como extranjero o periodista, como sea.
¿Y la censura?
Es una censura inteligente, de este siglo. Es una censura desarrollada. Son métodos y formas que enmascaran, miniminizan las cosas, pero al final son métodos y cosas de una dictadura. Hubo dictaduras en América Latina, aquí también en España, con métodos salvajes. Aquello es un salvajismo inteligente, bien preparado, bien argumentado, bien hecho. Aquello prácticamente está modernizado en todos los sentidos.
¿Qué sucede con las redes sociales?
Eso no existe. La gente conoce y sabe de esas cosas, sobre todo la gente de capitales de provincia, en ciudad La Habana. En la capital se conoce esas cosas. Hay personas que tienen la oportunidad. Como Estados Unidos está muy cerca, noventa millas, entran señales y la gente tiene información. Ahora recientemente, hace unas semanas sacaron una ley con la que penarán también a estas personas que tratan de aprender, de saber, de conocer.
Cuando has visto lo que se publica en tu país y ahora ves la realidad que se publica aquí de tu país, ¿Qué sientes?
En un primer momento nos causa asombro por lo que hemos vivido. Causa asombro ver cómo viven las personas, cómo se expresan, cómo pueden hablar, opinar. Por un momento nos da alegría, y por otro momento nos da una sensación que no sé cómo explicarte. Cómo las personas viven en libertad, que pueden alimentarse a pesar de la crisis económica. Los niños tienen para vestirse. Yo no he visto aquí un niño descalzo, y tienen para hacer un cumpleaños. Todas estas cosas nos ponen mal, mal, mal a nosotros. Lo sentimos mucho.
El periodismo ¿de quién depende en Cuba?
En Cuba hay dos organismos fundamentales. Uno es la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el noventa por ciento de su dirección pertenece al Partido Comunista. Y la Organización de Periodistas de Cuba cuya dirección pertenece al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Todo es manipulado por ellos. Allí quien se equivoque y vaya a hacer un planteamiento, o vaya con otra línea que no es la del gobierno, la del régimen porque no se puede llamar gobierno, es expulsado y puede ser sancionado también, muy censurado. Todo manipulado por el régimen.
El verdadero periodista es el que hace una labor social, que ayuda a los demás, que pone la voz a las personas que no tienen la oportunidad de que se les escuche. Has comentado que existen informadores cubanos que esa labor social no la cumplen. ¿Se les puede llamar periodistas?
Yo pienso que no. Realmente es una vergüenza. Haber estudiado periodismo y tratar de ejercer ese tipo de periodismo. Es una vergüenza cuando a sabiendas de que tú no eres voz de un pueblo que sufre, que padece hambre, necesidades, y que está oprimido. No vale la pena. Incluso hay periodistas que se prestan para acusar a sus propios compatriotas en la televisión nacional, en mesas redondas que tienen todas dirigidas por el gobierno. Periodistas que se prestan sin ganar nada prácticamente, sin ganar nada a cambio. Es humillante. No sabemos que podría pasar en un momento dado con estos periodistas que con esa desinformación hacen que las penurias del pueblo cubano no salgan a la luz, se queden a escondidas.
Al finalizar la entrevista invito a Juan Francisco Marimón a realizarle la fotografía en el exterior del restaurante, con el mar Mediterráneo al fondo. Mientras le veo posar con toda la paciencia del mundo pienso en la sensación de disfrute que tiene que sentir al notar la fuerza del sol en su rostro, y a disfrutar de la luz. Una luz por la que en innumerables ocasiones durante casi ocho años tuvo que luchar ya que durante su cautiverio se les negaba esa “hora al día por lo menos de ejercicio físico adecuado al aire libre”, según recoge el artículo 21.1 de las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas.