Ser Comunicación

El protocolo no es arcaico

Recientemente, en un acto de inauguración un invitado de cierto nivel cultural e intelectual me confesó que para él el protocolo era algo arcaico.

¿Por qué alguien llega a afirmar que el protocolo es algo arcaico?

Es contradictorio pensar que el protocolo está anticuado y, a su vez, ser uno de los grados universitarios más jóvenes de nuestro país, concretamente con ocho años de vida. ¿Tiene sentido? Yo creo que no.

Salvando las distancias ¿se puede decir que el periodismo es algo arcaico? Me explico. En la actualidad, en pleno siglo XXI, ¿tiene sentido realizar estudios universitarios de periodismo cuando cualquiera puede informar desde diferentes plataformas digitales?

En una conferencia ofrecida por Iñaki Gabilando en la Facultad de Comunicación de Navarra lanzó esta misma pregunta a futuros periodistas y fue recogida por Miguel Ángel Jimeno, profesor, en su perfil de Facebook: “¿Para qué necesitamos el periodismo si cualquiera puede enviar información desde cualquier parte? En las inundaciones lo primero que escasea es el agua potable. En la comunicación es imprescindible localizar los pozos de agua potable y distinguirlos de los que no”.

En protocolo también es necesario localizar esos pozos de agua potable. Localizar aquellos profesionales que con ayuda de una buena formación realizan protocolo.

El intrusismo profesional, la negligencia laboral o la ignorancia egocéntrica consigue que el protocolo se vea desfigurado en aquellos ámbitos sociales en donde estas lacras imperan. Y, en consecuencia, no nos podemos extrañar que nos afirmen que el protocolo es algo que pertenece a tiempos pasados.

Nuestro deber es ayudar al ciudadano a localizar el buen protocolo y para ello contamos con el Código Deontológico que en su artículo 9 nos indica que:

El protocolo no es una ciencia exacta, sino una herramienta de la sociedad para el mejor ordenamiento de sus propias actividades públicas en los ámbitos oficiales, profesionales, corporativos, empresariales, institucionales y privados. En consecuencia, el profesional de protocolo, salvados siempre los irrenunciables principios que informan este código, actuará con tacto, delicadeza, inteligencia y sentido de la medida, a la hora de solventar situaciones controvertidas.

Confío que cada vez sea menos la gente que piense que el protocolo es algo arcaico y que afirmen que los arcaicos son los facinerosos del protocolo.

©Portugal Bueno, 2018

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