Dentro del ámbito bibliográfico del protocolo social se encuentra una obra de María del Pilar Muiños Morales titulada El protocolo en las comidas en donde el lector encuentra una gran información sobre este asunto junto a apoyo gráfico que ayuda a su comprensión y asimilación del contenido.
Tal y como se indica en el libro, su objetivo principal es el estudio de las técnicas del protocolo aplicadas en la celebración de actos en torno a la mesa a través de unos determinados objetivos como son: conocer los tipos de mesas, colocación de los invitados o los modelos de servicio de las comidas. Algunos de los capítulos de El protocolo en las comidas son los siguientes:
- Tipos de presidencias y sistemas de colocación de comensales.
- Comportamiento en la mesa.
- La organización de los banquetes.
- Sistemas de indicación del protocolo.
- La elaboración del menú y el orden de servicio de los alimentos.
- Maridaje de alimentos y vinos.
- Invitar como complemento a un acto o como acto propio.
- Comidas de trabajo. Características.
En resumen, María del Pilar Muiños ofrece una visión rigurosa, amena y completa de los factores determinantes para la organización de una comida.
A continuación transcribo algunos de los conocimientos que nos aporta, o recuerda, la publicación.
Sobre el mantel, muy cerca del plato, los nombres de los comensales y, a la derecha del servicio, la minuta.
El tamaño de la mesa siempre debe guardar relación de proporcionalidad con el número de comensales.
El anfitrión puede ceder la presidencia al invitado de más edad, de mayor rango o simplemente porque lo considera oportuno para agasajar a su invitado principal.
Si existe una razón importante para saltarse las normas de precedencia siempre se le deben explicar los motivos al invitado afectado.
Una regla general es que en las comidas ofrecidas en los domicilios particulares sea la anfitriona, que es la última de las damas en ser servida, la que empiece a comer.
El objetivo del acto dictaminará si debemos o no protocolizar los puestos en su totalidad. Lo que está claro es que si existe una asignación de puestos debemos dar a conocer a nuestros invitados cuál va a ser el suyo de una forma fácil de interpretar.
Es conveniente preguntar al cliente si desea que se le cambie la copa cuando se abre una segunda o tercera botella.