Unido a la celebración religiosa de la Primera Comunión se encuentra el sacramento de la penitencia, ya que, generalmente, la víspera de recibir la Primera Comunión los niños realizan su primera confesión que se celebra de manera comunitaria, forma de celebración admitida tras el Concilio Vaticano II «en la que los penitentes se preparan a la confesión y juntos dan gracias por el perdón recibido. Así la confesión personal de los pecados y la absolución individual están insertadas en una liturgia de la Palabra De Dios, con lectura y homilia, examen de conciencia dirigido en común, petición comunitaria del perdón, rezo del Padre Nuestro y acción de gracias en común», explica el Catecismo de la Iglesia Católica.
El sacramento de la penitencia se denomina así porque «consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador», indica el Catecismo.
La celebración del sacramento de la penitencia.
En referencia a la estructura del ritual de la penitencia es la siguiente:
- Saludo y bendición del sacerdote.
- Lectura de la palabra de Dios para la contrición y el arrepentimiento.
- Confesión.
- Imposición y aceptación de la penitencia.
- Absolución.
- Alabanza de acción de gracias.
- Despedida con bendición del sacerdote.
En líneas generales, el primer acto del sacramento de la penitencia es la contrición, es decir arrepentimiento y resolución de no volver a pecar por parte del penitente. Seguidamente se produce la confesión de los pecados al sacerdote y la penitencia por la reparación del daño causado. En cuanto a la absolución de los pecados, es el elemento esencial del sacramento ya que realiza la reconciliación.
La fórmula de la absolución en la Iglesia latina es:
Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su HIjo y derramó el Espíritu Santo pra la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la Paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La fórmula de la absolución en la ligurgia bizantina es:
Que el Dios que por el profeta Natán perdonó a David cuando confesó sus pecados, y a Pedro cuando lloró amargamente y a la pecadora cuando derramó lágrimas a sus pies, y al publicano, y al pródigo, que este mismo Dios, por medio de mi, pecador, os perdone en esta vida y en la otra y que os haga comparecer sin condenaros en su temible tribunal. El que es bendito por los siglos de los siglos.
En resumen, el sacramento de la penitencia está constituido por el conjunto de tres actos por parte del penitente (arrepentimiento, confesión y penitencia) y por la absolución del sacerdote.
La penitencia en los primeros siglos.
En los primeros siglos del cristianismo, los cristianos que cometían pecados considerados como graves se sometían a una disciplina rigurosa para conseguir la reconciliación y esta no llegaba hasta que los pecadores hacían penitencia pública durante varios años.
Apartir del siglo VII, la reconciliación no exige la penitencia pública, ni periodos de tiempo largos.