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De la tesis al libro, ¿por dónde empiezo?

«El dicho de que en la vida hay que hacer tres cosas, en usted se cumple: tener un hijo, tiene cuatro; plantar un árbol, seguro que en alguna ocasión ha plantado una planta y escribir un libro, esta tesis es la prueba de ello», estas palabras fueron dichas por la doctora María Teresa Otero Alvarado durante la defensa de mi tesis doctoral. Tal comentario fue acertado, sin embargo tras el descanso de mi fin de etapa de doctorado me embarqué en el proyecto de transformar en libro un capítulo de mi tesis y que ha dado como resultado la obra El obispo a lomos de una mula. El ceremonial de la entrada episcopal de la Diócesis de Orihuela-Alicante.

Con toda la información en mi poder, el contenido no me planteaba dudas, sí lo hacía la estructura del libro y la redacción del mismo. Para resolver este desconocimiento, volví a hacer lo que había estado haciendo durante casi tres años: documentarme.

El resultado del trabajo de documentación no fue muy fructífero ya que no encontré variedad ni calidad en autores y titulares. A pesar de esto, pude confeccionarme una lista como base de datos:

  • William Germano, Cómo transformar tu tesis en libro, Siglo XXI.
  • G. Martín Vivaldi, Curso de redacción. Teoría y práctica de la composición y del estilo, Paraninfo.
  • Sebastián Touza, «Consejos editoriales para publicar una tesis como libro», editorial de la Universidad Nacional de Cuyo.

De estos autores aprendí que:

  • La introducción no tiene que adelantar la conclusión, pero sí decir lo que se quiere transmitir de manera sólida, clara y prometedora.
  • El hilo conductor es la organización lógica de las ideas plasmadas en palabras y páginas.
  • El título, subtítulo, el índice y los encabezamientos dentro del texto deben dejar claro el tema de la obra, adónde se dirige y mostrar que el autor está al mando.
  • Las cualidades primordiales del buen estilo son la claridad, concisión, sencillez y naturalidad.
  • El estilo directo tiene más fuerza que el indirecto ya que el autor desaparece dejando el protagonismo a la narración.
  • Las leyes fundamentales de la narración son la unidad y el movimiento.
  • Cada capítulo debe comenzar con una introducción clara y atractiva.
  • Es necesario dejar en un segundo plano los datos y las teorías y escribir sobre gente y acontecimientos.
  • El escritor debe hacerse responsable de lo que dice su libro.

Tras asimilar las indicaciones de estas firmas, respondí a las preguntas ¿qué quiero decir?, ¿por qué lo quiero decir?, y ¿cómo lo quiero decir? Una vez conseguidas y aceptadas las respuestas, había llegado la hora de elaborar el índice.

En definitiva, la conclusión de este proyecto me ha enseñado que un libro se comienza por el título y por el índice y que hay que mimar al lector haciéndole la lectura fácil y  con encanto.

 

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