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Cervantes y la sastrería

Hasta el mes de abril seguimos conmemorando en España el IV Centenario de la muerte de Cervantes, una celebración que hasta el momento ha organizado alrededor de 500 proyectos y actividades, a nivel nacional e internacional, en torno a la figura de Miguel de Cervantes Saavedra.

Cervantes nació en el siglo XVI (1547) y murió en el XVII (1616) en pleno periodo renacentista en donde la «moda acabó de pasar de lo holgado a lo ajustado, y el arte de la sastrería demostró su utilidad», podemos leer en Moda. Historia y estilos de la editorial Dorling Kindersley.

Según el Diccionario de la Lengua Española sastrería hace referencia al oficio del sastre, y este es la persona que tiene por oficio cortar y coser vestidos, principalmente del hombre. Sin embargo, esta definición se queda escasa ya que, como se ha citado anteriormente, la sastrería es un arte sinónimo del buen vestir.

Durante este tiempo, gracias a la sastrería la distinción en la vestimenta ya no residía solamente en las telas o en los adornos, sino también en el corte.

Una hechura experta podía mejorar mucho el aspecto del usuario. El armado y el relleno hacían el cuerpo vestido muy distinto del natural. La rigidez se obtenía con distintos materiales: lino, bucarán (tejido de lino endurecido), cartón, pergamino y lana en varias capas. El relleno con salvado, crin o vellón creaba formas grandes y poco naturales.

Las herramientas del sastre eran, básicamente, la regla, el jaboncillo, los alfileres y las tijeras. Y es a partir de finales del siglo XVI cuando los libros de patrones adquieren su importancia como aquellas publicaciones que guardaban el secreto del corte.

El primer tratado de sastrería impreso en España fue de Juan de Alcega, guipuzcoano y sastre, en el año 1580: Libro de geometria, practica y traça. La obra está dividida en tres partes:

  • La primera parte está destinada a explicar el origen de la vara de medir y a como usarla.
  • La segunda parte muestra diferentes patrones, tanto de hombre como de mujer, y ya sean civiles, militares o religiosos.
  • La tercera parte se reserva a detallar las cantidades necesarias de tela para confeccionar los trajes expuestos en los patrones.

Juan de Alcega hace referencia en su obra que toda la información expuesta es del Reino de Castilla y también se puede leer una mención a «los paños finos de Segouia».

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