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Ceremonial y protocolo

En el año 1990 sale a la luz el libro Ceremonial y protocolo de Jose Pumar Vázquez. Se trata de una obra imprescindible para el estudiante o investigador de protocolo, y de gran calidad, tanto que el prólogo está firmado por Tomas Chávarri del Rivero, Jefe de Protocolo del Estado.

Texto e imágenes se conjugan en esta publicación para dar forma y contenido al objeto de este libro, el ceremonial y el protocolo en estado puro, ya que su contenido se fundamenta tanto en la formación académica de su autor como en su trayectoria profesional. Y en referencia a esta última indicación, es de destacar que el primer capítulo de Ceremonial y protocolo se titule «Organización de un servicio de protocolo». Pero además ofrece conocimientos sobre precedencias, presidencias, etiqueta, tratamientos, heráldica, organización, ordenación, etc. En definitiva, una exposición profunda y amplia sobre el protocolo y el ceremonial.

En palabras de su autor, nos encontramos ante una obra que pretende «con cierta modestia, ser un compendio de aquellas fases del protocolo más usuales y que se pueden considerar como ramas más transcendentes en la práctica diaria».

Ceremonial y protocolo llegó a mis manos en el año 2012 en forma de regalo. Su lectura me llamó la atención en diferentes párrafos e ideas, os plasmo algunas de ellas:

En todo acto el «Protocolo» determina las reglas a seguir; el «ceremonial» especifica las formalidades, y la «Precedencia» fija la posición a ocupar.

El «Protocolo» en su esencia debe seguir y, creo que es así, conservando sus usos y costumbres tradicionales que son las que imprimen carácter y realce a la celebración y desarrollo de todo acto, enalteciendo con ello el honor de la persona o entidad organizadora de actos y ceremonias.

Aunque las fórmulas de protocolo son cada vez más sencillas debemos reconocer que paralelamente se está intensificando la celebración de actos como consecuencia del aumento de relaciones entre los pueblos.

En toda práctica protocolaria es imprescindible conocer el tratamiento que por razón de cargo o categoría corresponde a autoridades, personalidades del gobierno y de diferentes cuerpos consultivos, así como de quienes están en posesión de altas condecoraciones o cruces.

Es conducta protocoloaria de cortesía cuando se recibe la visita de una alta o distinguida personalidad, el entregar un obsequio como símbolo de presente, y sea éste de carácter personal o institucional, según la ocasión.

 

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