Todos sentimos la necesidad de formar parte de algo importante y esto es lo que la selección española de fútbol ha logrado: darnos la oportunidad de ser grandes. Después de la euforia, de dar salida a nuestro corazón, debemos sentarnos y analizar las razones por las cuáles se ha conseguido ser los campeones del mundo y, en la medida de lo posible, aplicarlo a nuestra vida para ser también ganadores en todo lo que nos propongamos.
Durante la celebración de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 se habló, y se escribió, bastante sobre las virtudes de la selección española, destacando que lo mejor ha sido su trabajo en equipo, el esfuerzo desarrollado, la confianza en ellos mismos y su espíritu de superación. Creo que no existe ningún inconveniente en trabajar nosotros también en estos mismos valores. Considero que es la forma más inteligente de celebrar el título de campeones.
El mundo entero ha visto, y comprobado, como un equipo formado por veintitrés personas y dirigido por una, es capaz de conseguir alcanzar su objetivo desde la humildad y el trabajo bien hecho. Gracias a ellos cobra vida la afirmación que Barry Faber cita en su libro “12 pilares de la venta”: “El éxito es el resultado de procurar la perfección, del trabajo duro, de aprender del fracaso, de la lealtad a aquellos con quienes trabajas y de la persistencia”. Y sobre todo vivir el éxito con sencillez y agradecimiento, como ha actuado el entrenador de nuestro equipo, Vicente del Bosque, quien no ha dudado en afirmar, y rearfirmar, que el mérito del triunfo es de los futbolistas. ¡Él sí que es un líder!
La persona que ejerce el liderazgo orienta y estimula el entusiasmo de la gente, hace que los objetivos sean metas compartidas por todos, es capaz de tomar decisiones en contra de la propia opinión, inspira, guía, y sobre todo predica con el ejemplo.
En una entrevista de Leonor Gallardo a Vicente del Bosque, éste declaró que: “Un entrenador debe ser un líder, pero también tiene que rodearse de líderes positivos que tengan la capacidad de influir en sus compañeros y tener una buena relación con ellos. Hay varios perfiles, pero en el caso de la selección, ese líder de la capitanía debe ser colaborador y facilitador de la labor de todo el grupo”.
En definitiva, una persona que actúa en solitario, jamás podrá conseguir grandes hazañas.