Ser Comunicación

Aprender a aprender

Cuando nuestro esfuerzo académico no va en consonancia con el resultado obtenido, algo falla. Y el error no tiene nada que ver con nuestras capacidades. Simplemente no se sabe estudiar. Hay que aprender a aprender.

El centro docente es la institución en el que toda persona debe ingresar para estudiar, porque”todos tienen derecho a la educación”, según reza el articulo 27 de la Constitución Española.

El inicio del niño en el colegio es también su comienzo en la iniciación de diferentes materias: lengua, matemáticas, conocimiento, plástica, etc. Estas asignaturas se van ampliando y complicando al mismo ritmo que el alumno avanza en su trayectoria académica.

Los estudiantes son introducidos en estos conocimientos sin preparación alguna, abriendo el libro por el tema uno, atendiendo a la explicación del profesor, realizando los ejercicios y trabajos correspondientes, y memorizando el contenido. Sin embargo, ante todo este procedimiento es necesario, más bien vital para el alumno, que el profesor enseñe cómo se debe estudiar su materia para conseguir el mejor resultado posible acorde a las capacidades de cada uno.

Las matemáticas no se estudian de la misma manera que la química, o la lengua que la historia. Es verdad que el aprendizaje tiene una base que es común a todas las materias y que radica, principalmente, en la comprensión. Pero cada ciencia tiene sus particularidades y éstas deben ser conocidas por el estudiante de la mano de su profesor. Precisamente, esta lección es la primera que el docente debe ofrecer a sus alumnos el primer día de presentación de la asignatura: dar a conocer la materia, su finalidad, sus objetivos. En definitiva, presentar lo general para ir, poco a poco, a lo particular. Situar al alumno en la asignatura para que no se encuentre perdido cuando se enfrente a ella en la soledad de su cuarto.

Es necesario preparar a los estudiantes para que el esfuerzo invertido se corresponda con el resultado obtenido. Y esta forma de actuar debería hacerse en los colegios, institutos e, incluso, en las universidades, aunque aquí los estudiantes ya deben venir preparados.

No es cuestión de tiempo, de inteligencia, de suerte o de enchufismo. La relación entre el esfuerzo y el resultado académicos depende de aprender a estudiar. Y gracias a este verbo se pueden evitar fracasos.

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